Tengo el privilegio de conocer desde hace años a Krishna Das, un maestro de Nada Yoga de origen
occidental afincado desde hace más de 35 años en una espléndida región del Himalaya, desde donde se contempla la grandiosa cima Nanda Devi, La diosa de la dicha, de 7.8oo metros de altura y una de las zonas más energéticas de la majestuosa cadena montañosa que deja el Tíbet al norte y la llanura del Ganges al sur.